La ansiedad y la preocupación son motivos frecuentes de consulta. De hecho, una está íntimamente relacionada con la otra. La ansiedad suele llevar asociado altos niveles de preocupación y la preocupación excesiva, la que se da de forma muy frecuente y sobre muchos temas, suele conllevar altos niveles de ansiedad.
Las personas suelen sentir la ansiedad como un estado que interfiere con la vida. Muchas de ellas cuentan como miles de planes se vienen abajo por miedo a sufrir un ataque. Hasta el punto de que ya esos planes dejan de tener lugar como una forma de protegerse ante su posible aparición.
Realizar un viaje, utilizar el transporte público, ir a restaurantes, a cines o a tiendas se convierte en un suplicio y tienden a evitarse. Si no queda más remedio (por ejemplo, acudir a una cita de trabajo o al médico) se planea de forma que se tengan en cuenta unas mínimas medidas de seguridad, para prevenir la crisis ansiosa o la escapada por si esta tuviera lugar.
La vida, lógicamente, se estrecha, quedando muy poco espacio para otras cosas que no giren en torno a la ansiedad.
Otras veces la convivencia con la ansiedad no se da de esta forma. Y parece que su aparición es más sutil o más continua. Se convive con ella de forma más o menos intensa a diario. Describen muy bien estos casos comentarios como “estoy todo el día nerviosa “cómo tengo los nervios” “yo es que soy nerviosa”. Se pasa entonces a tener problemas musculares, tensionales, dolores de cabeza, de espalda, problemas de estómago, etc. Este tipo de convivencia con la ansiedad es la que más vinculada está a las preocupaciones excesivas.
LA ANSIEDAD PARA TI ES UN SUFRIMIENTO, PERO ¿CÓMO ES TU VIDA? ¿QUÉ HA PASADO, Y ESTÁ PASANDO, PARA LLEGAR HASTA AQUÍ?
En terapia como en la vida es necesario tener un horizonte, saber hacía dónde nos dirigimos y cómo vamos a llegar allí. De lo contrario se corre el riesgo de ir “dando tumbos”. Y esto se consigue estableciendo unos objetivos, que, una vez conseguidos darán por concluido el proceso terapéutico ¿Y cuánto durará eso?
Como se ha dicho con anterioridad muchas personas sufren ansiedad, quizá la estés sufriendo tú o alguien cercano a quién conoces. Sin embargo hay tantas personas que están pasando por esto como circunstancias distintas. Es decir, tu vida, no es igual que la de otra persona y aunque parezca que las características de la ansiedad son las mismas, cómo hay que intervenir es bien distinto. Por lo tanto la intervención es hacia tus circunstancias específicas, de cómo te afecte a ti, de lo que te está impidiendo conseguir a ti, y del sufrimiento que te genera.
La terapia psicológica ha demostrado su eficacia también en este área. Desde la consulta se tiene en cuenta todas esas circunstancias anteriores para llevar a cabo un proceso terapéutico eficaz, efectivo y eficiente, con el menor coste posible.
La duración total depende de muchos factores, pero, como se ha mencionado en los párrafos anteriores siempre se hace utilizando las técnicas y herramientas que consigan los mayores resultados en el menor tiempo posible.
Las terapias utilizadas son las que forman parte de las llamadas contextuales de tercera generación, eligiendo para ti las o la terapia que más se ajustan a tu caso en particular.
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