TERAPIA PARA PAREJAS, EN MÉRIDA, BADAJOZ ¿Tienes dudas?.
No suele pasar que alguien decida un día acudir a terapia o a la consulta de un psicólogo para que le ayude en algún aspecto concreto de su vida y en ese mismo momento acceda a Internet y busque al profesional que considere que mejor le puede ayudar, contacte con él y a los pocos días comience su proceso terapéutico. Por el contrario, la decisión de acudir a sesión es algo que va y viene, se valora, se aparca y cuando las cosas vuelven a ponerse difíciles se valora de nuevo. Y este “si pero no” dura un tiempo no definido, que será más o menos largo dependiendo de muchas circunstancias.
Circula por las redes una cita muy interesante: A terapia no va la gente que tiene problemas, problemas tiene todo el mundo, a terapia va quién está dispuesto a solucionarlos.
Si esto que se describe más arriba, es común cuando se refiere a una persona particular, cuando se trata de terapia de pareja podéis imaginar que las cosas se complican más. En la mayoría de los casos es uno de los miembros el que quiere hacerlo…mientras que el otro no está dispuesto a dar el paso.
Este otro que no está convencido normalmente suele ser el miembro masculino, en el caso de que se trate de una pareja heterosexual. Ocurre que cuando finalmente accede a hacerlo, por presiones o miedo a perder a la pareja, es probable que la relación se haya deteriorado más y la persona que en un principio quería ir a terapia ya ha pasado casi por la indiferencia, quizá cansada de luchar para buscar una solución. Y es que en el caso de la terapia de parejas, los tiempos son aún más importantes, si cabe, que en la terapia individual. Sin embargo esto no es razón para no hacerlo. Más aún cuando, aunque la pareja crea que ya no se puede hacer nada, la asistencia a terapia puede abrir nuevos caminos de esperanza y hacer sentir a ambos miembros que su relación cuenta con más fortalezas de las que pensaban que tenían.
Las reticencias para iniciar una intervención de este tipo, muchas veces se basan en sentir vergüenza para contar intimidades por un lado, y en la duda sobre cómo es posible que “un extraño” pueda ayudarles si ellos, que son los protagonistas de su historia, no lo hacen
Que uno tenga un problema, y conozca ese problema mejor que nadie, no significa que sepa cómo solucionarlo.
Hay una forma popular de ver las cosas de las parejas según la cual sobre lo que sucede en la intimidad de dos personas es mejor no intervenir, y nadie debiera “meterse”. Esta creencia contribuye a la negativa de ir a terapia.
Es importante, sin embargo, saber que:
1) Una profesional de la psicología sanitaria no es una extraña sin más, es una profesional que puede prestarte ayuda en lo que tú necesitas. Imagina que buscas un fisioterapeuta ¿valorarías si es extraño o no? pues con esto ocurre lo mismo.
2) Ese o esa profesional no está ahí para juzgarte ni para quitar o dar razones. sino para ayudarte y para eso cuenta con las herramientas que le ofrece la ciencia psicológica.
3) Que sepamos que tenemos un problema no quiere decir que sepamos como salir de él, puedes aplicar esto a varias situaciones de la vida y sabrás que es así.
4) La terapia psicológica de parejas funciona. Y si tu relación para ti es importante y hay posibles soluciones ¿Lo dejarás pasar?
5) La terapia que utilizamos en la consulta es la Terapia Integral de Parejas, un enfoque que forma parte de las terapias de tercera generación, y que es una de las más eficaces en el área de las relaciones íntimas.
6) Si ya estáis decididos, buscad un profesional de la psicología que sea sanitario o con habilitación sanitaria y que el centro en el que interviene también tenga esa acreditación (podéis preguntar por el número de acreditación sanitaria directamente al profesional que os atienda). Es un derecho que tenéis como usuarios/clientes. En otro post, titulado centro de psicología sanitaria autorizado de este blog, escribo sobre qué es eso de ser un profesional sanitario.
A continuación te dejo algunos enlaces también sobre terapia de parejas, por si quieres echarle un vistazo.
Artículo parejas con muchos conflictos
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